lunes, 18 de agosto de 2008

Capítulo 6

Churros, porras y cintas de cassete



...mi ciego no me hace partícipe del recorrido hacia la Churrería (esas lagunas mentales que tantas veces he tenido). Pero estoy allí, salibando y escuchando de fondo la voz de Luis, alzo la mirada y veo cosas difusas, como cuando te ponen las gafas de un miope.



Se me va corrigiendo la mirada a la vez que noto cuatro o cinco hostias en el hombro. Se me están empezando a poner los güevos de punta.

-¿Qué coño pasa?, - le digo al peseta.

-¿Quieres uno churros?, -me dice

-¿Qué habéis pedido vosotros?

-Desayunos con churros...

-Yo también, coño!! Tanto zarandeo para cuatro mierdas de churros..

-¿Chocolate, café, descafeinado,...umm.... poleo?- dice el camarero, pronunciando esto último con algo de gracia y rintintín.

-No, majo, esas mierdas te las quedas para los cuatro amigos tuyos del mundo guay que se dedican a exfoliarse la piel cuando el ano y el corazón lo tienen infinitamente peor...

-¿Colacao...?

-Dame un gintonic, gilipollas, que parece que me quieres oir, hostias....

-Pídemelo, yo te pongo lo que me digas...

-Tampoco hace falta que me digas todo lo que tienes, yo desayuno con gintonics...

-Y ¿los vas a mojar en el vaso?

-Normalmente sí lo hago, pero creo que hoy sacaré la tranca y me los pondré como si fueran aros en la polla, cual maestro circense...

-Le voy a dar una mala noticia....

-Dime, churritos, dime...

-No servimos alcohol hasta las 9 de la mañana...

-Estamos sólos...

-Sí, pero estoy yo.

-¿Es tuyo el local? ¿Eres el dueño?

-No

-Y sí... (echándome mano al bolsillo)... te doy 50 pavos de propina para tí, aparte te pago nuestras consumiciones y te dejo llevar la vida que llevas ahora, oséa, no ir en una silla de ruedas el resto de tu vida porque Tío Adolfo ha sido amable con tu futuro....?

-Te faltan cojones para eso...

Luis le agarra de los brazos y le separa un metro de mí. La actitud de Luis me frena y espero a que el nota se salga de la barra. Estoy hecho una mierda, cualquier día mi verborrea me matará...



Despúes de hablar con él, Luis suelta al derrotado camarero ( a mi parecer) y veo que echa hielos en un vaso.
-Ese vaso, ¿es pa mí?
-Sí, dice el vencido
-Pues, échame rodaja de limón y no me sirvas la tónica, no me gusta que los torpes como tú me quiten el gas a algo tan preciado.
-Dáme los 50 euros y déjame en paz...
-Eso no se te ha olvidado, eh? Los duros de Adolfo los tienes en la cabeza. Te los voy a dar porque te los mereces, aguantando a gente como yo, ancianas con quejumbres y encorbatados asquerosos, tuyos serán cuando pague.... echa más ginebra, que parece que es tuya, hostia!!

Ellos desayunan y charlan, yo me cuelgo los churros en las orejas mientras hago el indio por el local, y me aplico tres o cuatro golpes de ginebra más...

Entra una chica y pide un café sólo. El camarero la saluda como "chumi".

Habla con ella, le pregunta si va a trabajar, mi trozo no me deja indagar más en la conversación.
Muevo mi banqueta para acercarme a ella y le toco la mano izquierda. La levanta de sopetón y me increpa diciendo algo de mis pantalones de pana del Carrefour...
-No me toques, hijo de la gran puta.
-Ehh! Te iba a pedir un cigarro...
-Me lo pides, saco de mierda, no hace falta sobar...
-Y como te llamas?
-Yo soy la Chumi, no creo que te interese
-Imagino que no, te lo pregunto por si nos volvemos a ver, quién sabe,-le digo

Degusta su café de dos sorbos y se incorpora.
-Buena fauna tienes hoy aquí, Mortadelo!
¿Mortadelo? Me entra la risa.
-Adiós, -dice Chumi-, mientras recoge su paquete de Camel de la barra y se dispone a salir
La veo marcharse con su hermana gemela mientras le pido al camarero ¿Mortadelo? otra ración de agua de fuego...

.../... noto abrazos, vaivenes, agarres, voy muy moco, moco moco. No sé si estoy en La Giralda o en la Torre Sears, ¿hay torres por aquí?, las Gemelas seguro que no...

...zzzz....

miércoles, 6 de agosto de 2008

Capítulo 5

De putas ( y 2 )

.../...
Salgo con tanto arrojo como alcohol en mi cuerpo de la whiskería, me sudan los huevos que este nota me parta el hocico, si puede, claro.
Abro la puerta sin mirar atrás y bajo el escalón de la entrada, con paso firme y agitando los brazos, sin saber lo que viene. Preparándome a recoger un saco de hostias por parte del tiparraco.
Me giro y le observo: un tronco de esos de gimnasio, por lo menos me saca una cabeza, fuerte y con una mirada extraña.
-¿Todavía tienes todos los dientes en la boca con lo gilipollas que eres?- Le grito
-Baja la voz, por favor...
-No me sale de la polla bajar la voz... (no me amilano, pero si me pone la mano encima, me mata con la primera agalla).
-Adolfo, escucha...
-Ni Adolfo ni pollas, quién te ha dicho que me llamo Adolfo? ¿el peseta?... No me toques los cojones que me paso por el Arco del Triunfo tus cinturones de judo o fujitsu y te enchufo un truco que te crees que te ha atropellado un camión, idiota...
-Para un momento, hostias, que soy el hijo de Seve
-...Seve, ...joder! No me acordaba de tí, hace años que no te veo...
-Diez, más o menos...
-Estás tocho! ehh, hijoputa?
-Sí, soy campeón de Madrid de Kárate, estoy compitiendo dentro de dos semanas por el título nacional.
-Joder!! sí!! Te lo llevarás de calle...fijo, vamos...
-Hay mucho nivel...
-Pues al contrario que aquí dentro, las lumis son más feas que mi culo...
-Te pediría que no le digas nada a mi padre, a mí no me has visto aquí...
-Tranquilo... ehmmm
-Fidel
-Tranquilo, Fidel, sólo se lo diré a tu madre
-Tú siempre igual, Adolfo.

Entramos al puti, y cada uno tiramos para nuestro lado. La puta que estaba con él le sigue con la mirada mientras me mira de reojo intentando apreciar visualmente si ha habido violencia. Me siento en el taburete, le pego un trago de medio vaso al gintonic y le espeto a Fidel:
-La próxima vez no tendré tanta piedad, te vacío los ojos con mi bardeo pero rapidito, entiendes?
Él se giró buscando una mirada cariñosa de la trabajadora y yo seguí a mi copa, haciéndome ver al camarero para pedir otra.
Me ve y le digo que no me ponga la tónica, tengo para otros cubatillas con esa. El camarero flipa conmigo.
Veo salir a Luis cariacontecido. Se acerca a mi sitio y le pregunto.
-Bueno, dice Luis
-No te ha gustado?
-Sí, pero era un tío, hostias...
-Entonces..., ¿os habéis puesto a jugar a las cartas encima de la cama?
-Un tute, tú te pones de nalgas y te la enchufo
--Oséa, que ha habido acto sexual?
-Dime tú entonces...
A Luis le da lo mismo (por lo que veo) cepillarse en pleno al Circo de Moscú (domadores incluídos). Tomo nota, porque conozco a chaperos que me hacen precios especiales...
Daniel, el pela tarda en salir. Me pediré otra copita.

Al rato, veo salir a Daniel con los pantalones desabrochados cual camionero en su estación de servicio favorita y me delata un "De puta madre" , mientras se relame los tres dedos largos de la mano derecha.
-Tú te has tomado tu copa, Daniel?
-Sí
-Pues nos vamos
Me trinco el trócolo de un trago y nos despedimos del camareta.
-Adiós
-Adiós, dice el camarero
-Adiós, Fidel
-Adiós, Joaquín.
Me llama Joaquín, el gilipollas del hijo de Seve, será para despistar a la puta. Cuanto sigilo y vicio a la vez.
-Nos vamos a la churrería, abre a las 5:30?-les digo
-Mira a ver, dice Luis, chófer tenemos...
-A mojar el churro de nuevo...

lunes, 4 de agosto de 2008

Capítulo 4

De putas

(...) Luis y yo estamos en el taxi y le hemos indicado al conductor que nos lleve a un puti que hay en nuestro barrio, nada de extravagancias. No nos importa que les falte un diente o que tengan celulitis.
Por el retrovisor observo una sonrisa del taxista mientras yo le comentaba a Luis que al hijoputa le teníamos que haber metido en el cubo de basura, al Cucurucho. Como veo que le ha hecho gracia el chistecito, arremeto con alguno más de distinta índole:
-Pobrecito mi Cucu..., NO LE PARTIERA EL CAMIÓN DE LA BASURA EN 5000 PEDAZOS AL MIERDA SECA DE LOS COJONES!!!
Veo que el taxista se parte la caja y me pregunta:
-¿Se lleva mal con esa persona, eh?
-Qué va, si es como mi hermano, ese hermano que perdí cuando lo empujé y lo arrolló el tren... maldito sacalefas resecas..
El taxista se ríe. Casi estamos llegando. Gira a la derecha y se sitúa en doble fila al lado del tugurio. No hay luz. Mal asunto.
-...bueno, ya estamos, -deja caer el peseta
-Sí, y rápido, no me has dejado que te cuente lo que les haría a sus progenitores...
-En otro momento,-esgrime. Ahora estoy trabajando.
-Muy bien, pues nosotros nos vamos a trabajar también, pero a unas titis de ahí dentro, aunque tengan pelos en el pecho.
-Esa es su suerte... 60,50 €...60 euros
-¿El qué, 60 euros, la carrera?
-Sí
-Mira, te doy dos opciones, una, no cobrar la carrera y venirte con nosotros a follar ahí dentro o dos, que en vez de sacar la leña saque el bardeo, te corte los pulgares sin precisión ninguna, te los meta por el ojal y te demos la paliza del siglo, tú verás.
-Están buenas?-pregunta el taxista.
-Pues no, alguna y escogida.
-Vamos pa´dentro, dice el taxista.

Asunto arreglado. Aparca, nos presentamos y le doy dos collejas por intentar cobrarme ese dinero por un recorrido de mierda. Me comenta que le falla el taxímetro, yo le digo que dentro de poco a esos precios le fallarán las piernas, alguien se las cercenará.

Entramos Daniel (el taxista), Luis y yo ( qué manía de dejarme yo el último). Entramos yo, Luis y Daniel en el club. Poca luz, tenue. Pocas putas, feas. Poco ambiente, parece una cafetería de Tanatorio. Nos acercamos a la barra y un joven camarero nos pregunta nuestros tragos.
-Yo una "sin" -dice Luis
-Guai Leibol con Coca Cola, dice Daniel
-Señor, no tengo "sin", Mahou o Heineken?
-Ponle otro Guannastri de esos, pero con limón, es igual que la sin.
-Vale, -dice Luis
-¿Y usted? -me pregunta.
-Larios tónica, no me sirva la tónica...
Bebidas servidas, 36 euros. Empieza la risa...

Se acerca una mujer, o eso creo, que se parece a ese que mordía los cables en una película de Yeins Bon, nos saluda y le comento a Luis que esa (?) hace unas mamadas de escándalo.
Luis se ríe y charla con ella. No la he visto en mi vida, posiblemente cargue del mismo lado que yo.... La situación me pone.

Otra muchacha pasa frente a nosotros, mirándonos la geta y se emplaza al final de la barra bebiendo algo de un vaso con pajita. No quita ojo a Daniel, es normal, yo llevo puestos unos pantalones de pana rotos, con una pinta de homeless que no me la quita ni Dios. Daniel se acerca, entabla diálogo con ella y al rato, se levanta de su butaca y viene hacia mí.
-Pagas tú, no?
-No te entiendo
-No me has pagado la carrera.
-Tampoco te he cortado los pulgares...
Se retira y le agarro del brazo, le digo en voz baja:
-....fooollateelaaa, pago yooo, sin costumbres, es mi díaaaaaa....
-Gracias, ehmm, ..Adolfo
Luis se ha retirado con el mostrenco ese, no sé si es chico o chica, da igual, cada uno a lo suyo, y Daniel está a punto de entrar con la muchacha de la pajita, falto yo. Pero pocas chicas veo...
Sí veo a un tío que está hablando con una piba en una mesa de al lado de la barra que me lleva mirando desde que hemos entrado. No sé si es el encargado, o uno que se siente invadido por un costra como yo y quiere guerra.
Nos miramos por enésima vez, y me recorre el cuerpo un halo de calor, como cuando me tengo que cargar a alguien...
Llamo al camareroy le digo que ponga otro Larios, tónica tengo de sobra. No hay rebaja por no pedir el refresco...arañas...
Miro hacía la mesa y coloco al tío otra vez mirándome, lo mismo le he gustado.
Me dan ganas de levantarme y preguntarle si hay algún problema, pero sólo pienso en que mañana quemaré algo de este pútrido dinero en comer faisán a la naranja, mi plato favorito.
Miro y el colega me mira, me está tocando demasiado los cojones. Le miro fijamente y se me queda mirando y me hace una seña para que salga del local. Me levanto y se levanta. Me voy hacia la puerta, abro y salgo, noto que él viene detrás de mí...