miércoles, 8 de octubre de 2008

sábado, 13 de septiembre de 2008

Capítulo 9

Resaca galopante (3)
(Como el "copia y pega queda muy cutre, os direcciono al blog de la autora de la continuación de esta historia, Nenita.)
Si tenéis a bien comentar algo sobre la historia, por favor, hacerlo en su blog, el buen trabajo es suyo. Gracias.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Capítulo 8

Resaca galopante ( 2 )

...(Viene de la entrada anterior)

... aunque la voz me sonaba joven, espero la típica Rottermeier de turno que me recrimina lo que tiene que hacer, porque la pagan por eso. Pego la oreja en la puerta y oigo los pasos de la individua. No tengo nada para ofrecerla de beber, agua del grifo con hielo y un poco de flan al tomate no son suficientes. Me acosa el tiempo. No hay tiempo...

Miro por la mirilla y se acerca a la puerta, retrocedo tres pasos para hacer que piense que venía a abrir. Suena el timbre, me acerco y abro la puerta. Mi sorpresa es mayúscula; una mujer joven y guapa está postrada frente a mi puerta con mucha serenidad, ( si es tan guapa será gilipollas, no entiendo qué hace aquí).

-Adolfo?
-Sí, soy yo, esperaba un callo malayo, con mala hostia y patillas a lo "Stray Cats"...
-Se equivoca, me han asignado para ser su asistente social.
-Cojonudo!! No sé quién cojones lleva esto, pero no tiene ni puta idea, pase, pase, es una hemorragia de placer ver un pincel como usted. Lo más parecido a usted que ha entrado en esta casa ha sido mi hermana con el uniforme del Caprabo para decirme que le debía 200 €.

La invité a pasar al salón (mini-salón). Ella iba desprendiendo un perfume sólo fabricado para los ángeles, melena morena, gracia en el andar, vamos, se me quitó el mareillo ese resaquil. El garbo de sus pasos me hipnotizó. La encomendé al sofá para planchar al fiambre. Asintió.

LLevaba una carpeta negra de la cual extrajo unos papeles y me dirigió la mirada.
-Adolfo, mi nombre es...
-...por favor, no me diga su nombre, no quiero saberlo, me encantaría que usted fuera otra persona dentro de la casa, alguien que no es en su vida cotidiana...
-Dígame usted...
-Un apodo!!
-Por ejemplo?
-Déjeme pensar..ummm...yo en una anterior reencarnación leía los libros de una persona que firmaba como Nenita, me gusta ese nombre...
-Como usted quiera, yo vengo a hacer una labor, si lo prefiere así...
-Nenita!
-Nenita... le confiere algún pensamiento libidinoso?
-No, me gustaba leer a esta autora, nunca la conocí, veo semejanzas entre usted y ella sólo con su saber estar...
-Se lo agradezco... tengo que hacerle varias preguntas antes de entrar en materia... Cuénteme un poco su vida, un pequeño esbozo...
-Nací bebé, no sabía hablar, tenía cuatro dientes menos que ahora y se me daba bien el balonmano, eso más tarde, apunte... me gustaron las drogas, las mujeres y el alcohol, de todo esto me he quedado con el alcohol, mi físico y mi bolsillo hacen prescindir de las dos primeras...
-Siga...
-Soy alcohólico, y por eso y una disminución física cobro un subsidio de mierda del gobierno que me otorga el derecho de que usted, Nenita, esté aquí y ahora conmigo.
-Tiene animales en casa?
-No, por qué?
-Huele muy mal, huele como a descomposición...
-No se preocupe, es que tengo un cadáver debajo de este sillón, un tío que quería que le comprase algo inalcanzable para mi presupuesto, se puso muy pesado con tanto ahorro y tuve que ahorrarle el resto de su vida...
-Tiene sentido del humor, eso me gusta.
-Con 53 años y la vida que llevo, le echo mucho humor a mi vida, es poco de lo que me queda, mis gintonics, mis hurtos, mis cervezas... Quieres tomar algo? perdona que te tutee..
-Deme una cervecita, Adolfo y seguimos con el formulario, tutéeme, no hay problema..
-Voy por ellas...(como no esté la vecina en casa, estropeo esta velada psicoanalística).
-Adolfo, por qué abre usted la puerta de la casa?

(continuará)

(Dedicado a tod@s l@s asistentes sociales y en concreto a la lectora Nenita ( no es una de ellas), persona ante todo, y amiga inteligente, a la que no me canso de leer, simplemente espero que te guste este cameo, elige meterle caña a Adolfo, en el sentido psicológico de su situación, o dejarte llevar por sus efluvios etílicos y lacerantes, de tí depende el final...Saludos)

jueves, 4 de septiembre de 2008

Capítulo 7

Resaca galopante.

...Me despierto. No sé ni qué hora es. Joder, qué resacuzo tengo!! Peor que el día que me hice tres gintonics con el decapante ese que tenía en el armario. Tengo la cabeza a punto de estallar, los brazos bailan como si de cuerdas se tratasen. Estoy hecho una mierda.

Tiro pal frigorífico a buscar algo frío para calmar este nublao que tengo. Hay poca cosa: un paquete de chopped empezado y caducado, un flan casero que me regaló mi vecina y un brick de tomate abierto. Lo mismo junto el flan con el tomate y está rico. Procedo. Lo aplasto con un tenedor en un plato sopero y cuando la mezcla dquiere esos grumos desaconsejables, tomo una cuchara y me lo bajo al estómago.

La primera impresión es de asco, la segunda de repetir. Otra cucharada padentro.

Recuerdo que tengo pasta en el bolsillo si no me quiero castigar el gaznate. Dos cervecitas me quitan ese adormecimiento y me ponen otra vez en el asunto. Otra envestida cucharera...

Suena el telefonillo. Raro. No espero a nadie, la casera ya me denunció y prometió cobrar en los tribunales. Algún repartidor de propaganda...
-...sí?
-Hola, Adolfo?
-Sí...
-Soy la nueva asistente social, teníamos cita hoy...
-Pase..

Mierda!! Tengo la casa hecha un estercolero, si ve esto, sus informes serán nefastos. Quito toda la ropa sucia que tengo encima del sofá, las latas de cerveza vacías y eternas que yacen en la mesita y la inmensa coleción de polvo y trozos de mozzarella que cohabitan con la estructura del televisor. Repaso la mesa con la parte de abajo de mi camiseta y levanto el sofá para esconder el cadáver de ese amable vendedor de libros que se hizo un lío conmigo. El sofá cojea, espero que al sentarnos, nuestro peso venza la poca consistencia de sus pútridos huesos.
(Continuará)...

lunes, 18 de agosto de 2008

Capítulo 6

Churros, porras y cintas de cassete



...mi ciego no me hace partícipe del recorrido hacia la Churrería (esas lagunas mentales que tantas veces he tenido). Pero estoy allí, salibando y escuchando de fondo la voz de Luis, alzo la mirada y veo cosas difusas, como cuando te ponen las gafas de un miope.



Se me va corrigiendo la mirada a la vez que noto cuatro o cinco hostias en el hombro. Se me están empezando a poner los güevos de punta.

-¿Qué coño pasa?, - le digo al peseta.

-¿Quieres uno churros?, -me dice

-¿Qué habéis pedido vosotros?

-Desayunos con churros...

-Yo también, coño!! Tanto zarandeo para cuatro mierdas de churros..

-¿Chocolate, café, descafeinado,...umm.... poleo?- dice el camarero, pronunciando esto último con algo de gracia y rintintín.

-No, majo, esas mierdas te las quedas para los cuatro amigos tuyos del mundo guay que se dedican a exfoliarse la piel cuando el ano y el corazón lo tienen infinitamente peor...

-¿Colacao...?

-Dame un gintonic, gilipollas, que parece que me quieres oir, hostias....

-Pídemelo, yo te pongo lo que me digas...

-Tampoco hace falta que me digas todo lo que tienes, yo desayuno con gintonics...

-Y ¿los vas a mojar en el vaso?

-Normalmente sí lo hago, pero creo que hoy sacaré la tranca y me los pondré como si fueran aros en la polla, cual maestro circense...

-Le voy a dar una mala noticia....

-Dime, churritos, dime...

-No servimos alcohol hasta las 9 de la mañana...

-Estamos sólos...

-Sí, pero estoy yo.

-¿Es tuyo el local? ¿Eres el dueño?

-No

-Y sí... (echándome mano al bolsillo)... te doy 50 pavos de propina para tí, aparte te pago nuestras consumiciones y te dejo llevar la vida que llevas ahora, oséa, no ir en una silla de ruedas el resto de tu vida porque Tío Adolfo ha sido amable con tu futuro....?

-Te faltan cojones para eso...

Luis le agarra de los brazos y le separa un metro de mí. La actitud de Luis me frena y espero a que el nota se salga de la barra. Estoy hecho una mierda, cualquier día mi verborrea me matará...



Despúes de hablar con él, Luis suelta al derrotado camarero ( a mi parecer) y veo que echa hielos en un vaso.
-Ese vaso, ¿es pa mí?
-Sí, dice el vencido
-Pues, échame rodaja de limón y no me sirvas la tónica, no me gusta que los torpes como tú me quiten el gas a algo tan preciado.
-Dáme los 50 euros y déjame en paz...
-Eso no se te ha olvidado, eh? Los duros de Adolfo los tienes en la cabeza. Te los voy a dar porque te los mereces, aguantando a gente como yo, ancianas con quejumbres y encorbatados asquerosos, tuyos serán cuando pague.... echa más ginebra, que parece que es tuya, hostia!!

Ellos desayunan y charlan, yo me cuelgo los churros en las orejas mientras hago el indio por el local, y me aplico tres o cuatro golpes de ginebra más...

Entra una chica y pide un café sólo. El camarero la saluda como "chumi".

Habla con ella, le pregunta si va a trabajar, mi trozo no me deja indagar más en la conversación.
Muevo mi banqueta para acercarme a ella y le toco la mano izquierda. La levanta de sopetón y me increpa diciendo algo de mis pantalones de pana del Carrefour...
-No me toques, hijo de la gran puta.
-Ehh! Te iba a pedir un cigarro...
-Me lo pides, saco de mierda, no hace falta sobar...
-Y como te llamas?
-Yo soy la Chumi, no creo que te interese
-Imagino que no, te lo pregunto por si nos volvemos a ver, quién sabe,-le digo

Degusta su café de dos sorbos y se incorpora.
-Buena fauna tienes hoy aquí, Mortadelo!
¿Mortadelo? Me entra la risa.
-Adiós, -dice Chumi-, mientras recoge su paquete de Camel de la barra y se dispone a salir
La veo marcharse con su hermana gemela mientras le pido al camarero ¿Mortadelo? otra ración de agua de fuego...

.../... noto abrazos, vaivenes, agarres, voy muy moco, moco moco. No sé si estoy en La Giralda o en la Torre Sears, ¿hay torres por aquí?, las Gemelas seguro que no...

...zzzz....

miércoles, 6 de agosto de 2008

Capítulo 5

De putas ( y 2 )

.../...
Salgo con tanto arrojo como alcohol en mi cuerpo de la whiskería, me sudan los huevos que este nota me parta el hocico, si puede, claro.
Abro la puerta sin mirar atrás y bajo el escalón de la entrada, con paso firme y agitando los brazos, sin saber lo que viene. Preparándome a recoger un saco de hostias por parte del tiparraco.
Me giro y le observo: un tronco de esos de gimnasio, por lo menos me saca una cabeza, fuerte y con una mirada extraña.
-¿Todavía tienes todos los dientes en la boca con lo gilipollas que eres?- Le grito
-Baja la voz, por favor...
-No me sale de la polla bajar la voz... (no me amilano, pero si me pone la mano encima, me mata con la primera agalla).
-Adolfo, escucha...
-Ni Adolfo ni pollas, quién te ha dicho que me llamo Adolfo? ¿el peseta?... No me toques los cojones que me paso por el Arco del Triunfo tus cinturones de judo o fujitsu y te enchufo un truco que te crees que te ha atropellado un camión, idiota...
-Para un momento, hostias, que soy el hijo de Seve
-...Seve, ...joder! No me acordaba de tí, hace años que no te veo...
-Diez, más o menos...
-Estás tocho! ehh, hijoputa?
-Sí, soy campeón de Madrid de Kárate, estoy compitiendo dentro de dos semanas por el título nacional.
-Joder!! sí!! Te lo llevarás de calle...fijo, vamos...
-Hay mucho nivel...
-Pues al contrario que aquí dentro, las lumis son más feas que mi culo...
-Te pediría que no le digas nada a mi padre, a mí no me has visto aquí...
-Tranquilo... ehmmm
-Fidel
-Tranquilo, Fidel, sólo se lo diré a tu madre
-Tú siempre igual, Adolfo.

Entramos al puti, y cada uno tiramos para nuestro lado. La puta que estaba con él le sigue con la mirada mientras me mira de reojo intentando apreciar visualmente si ha habido violencia. Me siento en el taburete, le pego un trago de medio vaso al gintonic y le espeto a Fidel:
-La próxima vez no tendré tanta piedad, te vacío los ojos con mi bardeo pero rapidito, entiendes?
Él se giró buscando una mirada cariñosa de la trabajadora y yo seguí a mi copa, haciéndome ver al camarero para pedir otra.
Me ve y le digo que no me ponga la tónica, tengo para otros cubatillas con esa. El camarero flipa conmigo.
Veo salir a Luis cariacontecido. Se acerca a mi sitio y le pregunto.
-Bueno, dice Luis
-No te ha gustado?
-Sí, pero era un tío, hostias...
-Entonces..., ¿os habéis puesto a jugar a las cartas encima de la cama?
-Un tute, tú te pones de nalgas y te la enchufo
--Oséa, que ha habido acto sexual?
-Dime tú entonces...
A Luis le da lo mismo (por lo que veo) cepillarse en pleno al Circo de Moscú (domadores incluídos). Tomo nota, porque conozco a chaperos que me hacen precios especiales...
Daniel, el pela tarda en salir. Me pediré otra copita.

Al rato, veo salir a Daniel con los pantalones desabrochados cual camionero en su estación de servicio favorita y me delata un "De puta madre" , mientras se relame los tres dedos largos de la mano derecha.
-Tú te has tomado tu copa, Daniel?
-Sí
-Pues nos vamos
Me trinco el trócolo de un trago y nos despedimos del camareta.
-Adiós
-Adiós, dice el camarero
-Adiós, Fidel
-Adiós, Joaquín.
Me llama Joaquín, el gilipollas del hijo de Seve, será para despistar a la puta. Cuanto sigilo y vicio a la vez.
-Nos vamos a la churrería, abre a las 5:30?-les digo
-Mira a ver, dice Luis, chófer tenemos...
-A mojar el churro de nuevo...

lunes, 4 de agosto de 2008

Capítulo 4

De putas

(...) Luis y yo estamos en el taxi y le hemos indicado al conductor que nos lleve a un puti que hay en nuestro barrio, nada de extravagancias. No nos importa que les falte un diente o que tengan celulitis.
Por el retrovisor observo una sonrisa del taxista mientras yo le comentaba a Luis que al hijoputa le teníamos que haber metido en el cubo de basura, al Cucurucho. Como veo que le ha hecho gracia el chistecito, arremeto con alguno más de distinta índole:
-Pobrecito mi Cucu..., NO LE PARTIERA EL CAMIÓN DE LA BASURA EN 5000 PEDAZOS AL MIERDA SECA DE LOS COJONES!!!
Veo que el taxista se parte la caja y me pregunta:
-¿Se lleva mal con esa persona, eh?
-Qué va, si es como mi hermano, ese hermano que perdí cuando lo empujé y lo arrolló el tren... maldito sacalefas resecas..
El taxista se ríe. Casi estamos llegando. Gira a la derecha y se sitúa en doble fila al lado del tugurio. No hay luz. Mal asunto.
-...bueno, ya estamos, -deja caer el peseta
-Sí, y rápido, no me has dejado que te cuente lo que les haría a sus progenitores...
-En otro momento,-esgrime. Ahora estoy trabajando.
-Muy bien, pues nosotros nos vamos a trabajar también, pero a unas titis de ahí dentro, aunque tengan pelos en el pecho.
-Esa es su suerte... 60,50 €...60 euros
-¿El qué, 60 euros, la carrera?
-Sí
-Mira, te doy dos opciones, una, no cobrar la carrera y venirte con nosotros a follar ahí dentro o dos, que en vez de sacar la leña saque el bardeo, te corte los pulgares sin precisión ninguna, te los meta por el ojal y te demos la paliza del siglo, tú verás.
-Están buenas?-pregunta el taxista.
-Pues no, alguna y escogida.
-Vamos pa´dentro, dice el taxista.

Asunto arreglado. Aparca, nos presentamos y le doy dos collejas por intentar cobrarme ese dinero por un recorrido de mierda. Me comenta que le falla el taxímetro, yo le digo que dentro de poco a esos precios le fallarán las piernas, alguien se las cercenará.

Entramos Daniel (el taxista), Luis y yo ( qué manía de dejarme yo el último). Entramos yo, Luis y Daniel en el club. Poca luz, tenue. Pocas putas, feas. Poco ambiente, parece una cafetería de Tanatorio. Nos acercamos a la barra y un joven camarero nos pregunta nuestros tragos.
-Yo una "sin" -dice Luis
-Guai Leibol con Coca Cola, dice Daniel
-Señor, no tengo "sin", Mahou o Heineken?
-Ponle otro Guannastri de esos, pero con limón, es igual que la sin.
-Vale, -dice Luis
-¿Y usted? -me pregunta.
-Larios tónica, no me sirva la tónica...
Bebidas servidas, 36 euros. Empieza la risa...

Se acerca una mujer, o eso creo, que se parece a ese que mordía los cables en una película de Yeins Bon, nos saluda y le comento a Luis que esa (?) hace unas mamadas de escándalo.
Luis se ríe y charla con ella. No la he visto en mi vida, posiblemente cargue del mismo lado que yo.... La situación me pone.

Otra muchacha pasa frente a nosotros, mirándonos la geta y se emplaza al final de la barra bebiendo algo de un vaso con pajita. No quita ojo a Daniel, es normal, yo llevo puestos unos pantalones de pana rotos, con una pinta de homeless que no me la quita ni Dios. Daniel se acerca, entabla diálogo con ella y al rato, se levanta de su butaca y viene hacia mí.
-Pagas tú, no?
-No te entiendo
-No me has pagado la carrera.
-Tampoco te he cortado los pulgares...
Se retira y le agarro del brazo, le digo en voz baja:
-....fooollateelaaa, pago yooo, sin costumbres, es mi díaaaaaa....
-Gracias, ehmm, ..Adolfo
Luis se ha retirado con el mostrenco ese, no sé si es chico o chica, da igual, cada uno a lo suyo, y Daniel está a punto de entrar con la muchacha de la pajita, falto yo. Pero pocas chicas veo...
Sí veo a un tío que está hablando con una piba en una mesa de al lado de la barra que me lleva mirando desde que hemos entrado. No sé si es el encargado, o uno que se siente invadido por un costra como yo y quiere guerra.
Nos miramos por enésima vez, y me recorre el cuerpo un halo de calor, como cuando me tengo que cargar a alguien...
Llamo al camareroy le digo que ponga otro Larios, tónica tengo de sobra. No hay rebaja por no pedir el refresco...arañas...
Miro hacía la mesa y coloco al tío otra vez mirándome, lo mismo le he gustado.
Me dan ganas de levantarme y preguntarle si hay algún problema, pero sólo pienso en que mañana quemaré algo de este pútrido dinero en comer faisán a la naranja, mi plato favorito.
Miro y el colega me mira, me está tocando demasiado los cojones. Le miro fijamente y se me queda mirando y me hace una seña para que salga del local. Me levanto y se levanta. Me voy hacia la puerta, abro y salgo, noto que él viene detrás de mí...

lunes, 21 de julio de 2008

Capítulo 3

Forrado (por dentro).

(...) Doblo la esquina con el maletín exquisito e intento vislumbrar el luminoso de la bodega de Luis... joder!! creo que voy empalmado y todo!! Este pellejo tiene que tener pasta rica en su interior...
La mierda de luminoso de Luis, una bandera antigua con luz de esas que daba la "Pepsi", luce como siempre, difusa y semiapagada. Ha habido suerte. Hoy hay juerga para rato, si el pagafantas llevaba dinero.
Llego al antro, abro y me cuelo. Sólo hay tres tipos dentro: el "Alfil", le llamamos así por lo fino que es, pero guarro hasta decir basta, el "Cucurucho", por que siempre cuenta la parida del cucurucho a la pregunta de ¿Estás más delgado?, y mi amigo Luis. Saludo a todos, pido un gintonic de los míos y me voy para el tigre a ver lo que llevaba para mí nuestro acuna-abuelas.
Ya en el baño, suelto el anclaje del maletín y observo varias cosas: una cartera grande, dos móviles última generación, un manojo de llaves y varios enseres más. me tiro a por la cartera rápido, la abro y voalâ!!, el hijoputa tenía cuatro mil y pico euros... que festín, Serafín!! La putada es que casi todo son biletes de 500, pero ya me buscaré la maña para cambiarlos...
Salgo del catre sudando, como si hubiera puesto un huevo de dos semanas, y el tontolapolla del Cucurucho me dice que tengo que follar más, que estoy alto en grasa corporal. Le dedico media sonrisa, mientras recito un listado de parientes cercanos suyos con diferentes calificativos en orden concordante al puto asco que me da este pieza. No obstante, insto a Luis a que le ponga un vaso de agua de mi parte, si no se lo bebe que meta la polla un poco en él para despegarse la costra de mierda que tiene adherida.
No le sienta bien esto último y se intenta venir a por mí. Yo no estoy para muchos trotes y le calmo mientras le sujeta el Alfil.
-¿Te quieres tomar un whisky bueno a mi salud hoy, hijoputa? le espeto.
-Sería la primera vez que te pagas algo...
-Luis, ponle al sacomierda este un escocés, aunque lo mismo no le sienta bien, habituado al DYC.
Cucurucho se pone farruco y quiere sobarme el morro, pero el trozo que lleva se lo impide.
- Yte matho, hijoputa,- dice articulando las palabras como un tablón de corcho
Miro a Luis y le pregunto si espera a alguien y me dice que no. Entonces le dejo un billete de 500 en la barra y le pregunto si cierra ahora para que nos tomemos algo los cuatro. Visto y no visto. Cuando quiero mirar ahacia la puerta, el cierre metálico está bajado y Luis regresa a la barra. Le encomiendo a que nos ponga de beber hasta que se gaste. Le brillan los ojos. Lo necesita. Todos lo necesitamos.
Me apalanco el gintonic de dos tragos y le pido otro, me dice que pase y que me sirva. Joder! nada como tener dinero. Yo me los pongo violentos, cortos de tónica. Una tónica me vale para unos seis o siete de los míos...
Alfil se retira y llama a alguien diciendo que tiene que ir a la nave que ha habido un problema, que no espere despierta. Imagino que llama a su mujer, no va a llamar al Samur (de momento), y Cucurucho torna esas grandes manos cerradas y amenazantes en cálidos abrazos oportunistas. No se lo tengo en cuenta, es un pobre hombre como yo...
.../...
Creo que llevo ya cuatro disparos de los míos y me queda más de medio refresco, la vida es rápida cuando uno está contento, cuando tengo hambre pasa lo contrario. Alfil, directamente, se ha sentado dentro de la barra al lado del tirador de cerveza y Cucurucho está sopa en el suelo. Luis se rie dando pequeños sorbos a su sin alcohol mientras escucha las historias que le cuento de mi pasado. Ya estamos perjudicados, algunos más que otros.
.../...
Recuerdo abrir otra tónica, y pedirle a Alfil que me acercase otra botella de Larios, que raspe la ginebra me hace sentir, me acalora y me satisface, me corroe y me rompe...me mata.
Alfil se va y nos quedamos con el otro más muerto que Stalin, le digo a Luis de irnos de putas y me dice que sí.
Luis sube el cierre, cogemos a Cucurucho entre los dos y le dejamos al lado de los cubos de basura. Cierra el asunto y me indica con un movimiento de cabeza la dirección de su coche.
-No, Luis, hoy vamos en taxi. Me siento samaritano y te vas a correr una bonita juerga con el tío Adolfo. Te vas a cagar.
A este me lo cargo hoy...

sábado, 28 de junio de 2008

Capítulo 2


Maldito "bienestar".

Estoy en el bar de Paco, en "Casa Paco" (absurda coincidencia). Me ha visto entrar y postrarme (literal) en mi rincón favorito y me asiente con la cabeza. Hoy está más lleno de lo normal. Toda la peña mirando hacia el fondo del local. Inclino mi cuerpo un poco hacia la derecha y me percato rápido del asunto: hay Fútbol.
Paco se acerca a mi zona de pasto, llega y me planta mis dos botellines de rigor. Me espeta un "Hola Adolfo" y gira rápido 180 grados. Tiene jaleo.
Le quito la rebaba metálica del cuello al primero y me lo calzo de dos tragos. Pienso si hoy juega el Madrid en Europa, pero no me cuadra, creo recordar que eso ya terminó, lo de la Copa de Europa...
De repente, la multitud grita gol, todos en uno, todos de un mismo equipo, miro a la tele pero no distingo quién juega. Un ¡España, España! me hace llegar a la conclusión de que juega la Seleccción Española. No me había enterado, no es mi asunto.
Enardecidos, los clientes ensalzan y gritan España, botan por España, se abrazan apenas conocerse por España. Beben por España, brindan por ella y se alegran por la patria. Pero seguro que mañana será otro día, las deudas serán las mismas pero con veinte euros de copas menos en los bolsillos, los problemas con sus jefes serán idénticos que ayer pero con resaca, sus hipotecas crecerán otro 2,5 . Ensalza España, gilipollas, esta patria que no me puede ni ver...
Me está entrando mala hostia y de repente oigo otro gol... más barullo. Dos chorbos se abrazan como si les hubiera tocado un millón de euros y uno de ellos busca con su mirada una cara mía de complicidad frente a su euforia. Me limito a mirarle con cara de asco para después escupir en el suelo. El chaval gira la cara nervioso, suelta al amigo y se lleva a la boca el palillero en vez de su caña. Atento chaval, que me levanto y te meto todos los palillos en la tráquea, gilipollas, que tengo un pronto que no me lo controla ni Hulk Hogan de farlopa.
Me estallo el otro botellín, me incorporo y me hago ver a Paco. Me ve y le hago un gesto con la mano derecha girándola, se los pago mañana. Paco levanta el brazo y sonríe: él sabe que sí cobra esos botijos, no como otros...
Salgo del establecimiento y según se cierra la puerta escucho otro gol, imagino que de España, por el grito casi al unísono. Me suda la polla el tema este de los mercenarios del balón.
Ha dejado de llover y se ha quedado una tarde-noche cojonuda para delinquir, porque para pedir unas monedas hay poco movimiento de gente. Me meto en el chino a pillar un litro y me aposto en el banco de al lado. Lo abro, bebo, joder!!!...cojonudo!!!
A los dos minutos, un coche para en doble fila a espaldas del banco. Me giro. El conductor pone las luces intermitentes y se baja. Abre la puerta trasera de su lado y ayuda a una anciana a bajar, con la que cruza la calle y ayuda a subir unas escaleras que conducen a un portal.
¿Y si el colega tiene algo de valor en el carro?. Me levanto y me dirijo al Audi limpito y le abro la puerta, esa puerta que como está tan bien fabricada no hace casi ruido al abrir o cerrar. Miro dentro y en el asiento del copiloto tiene un atachê o bolsa de mano. De cuero guapo. Hay lleva el cerdo toda la chicha. Pues, para mí, coleguita.
El señor adinerado está todavía subiendo escalones con la viejuna, mientras yo casi estoy doblando la esquina que me conduce a la bodega del Luis. Como tenga pasta dentro, la fiesta puede ser monumental...corro todo lo que me permiten mis enfermos pies, salibando sobremanera futuros botellines y gintonics.
Tu bienestar hoy ( y posiblemente mañana) será el mío. Gracias, señor del coche.

martes, 17 de junio de 2008

Capítulo 1

Mi nombre es "SOCIEDAD".

Aunque me pegan otros, el nombre más aproximado a la realidad que vivo es ese. También me pegan "Saciedad", "Soecidad" o "Suciedad", pero adoptaría el primero por el daño que me genera en todos los sentidos...
Para vosotr@s, y en adelante, mi nombre es Adolfo. Un alcohólico semi-mutilado que vive solo en un cuchitril y que cobra un mísero subsidio gubernamental por no poder desempeñar ningún trabajo de los que me ofrece esta santa sociedad.
Mi casa es un auténtico caos de ropas viejas, cosas inútiles y viejos recuerdos de mi etapa más positiva. Antiguamente, una trabajadora social venía dos veces en semana a poner un poco de orden en esta anarquía de podredumbre. Hace seis meses me cortaron esa ayuda, pero aquí sigo: rodeado de mierda que no puedo recoger si bebo, anclado en el sofá descompuesto de mi mini-salón y esperando el día en el que algo cambie en mi modus vivendi.
La paga que me asignan por enfermo e impedido apenas supera los 400 € ( me río yo de mileuristas ), dinero que uso para el aprovisionamiento de vino barato, alguna que otra botella de ginebra y poco más. El dinero mueve el mundo, pero frena el desarrollo de los débiles.
Hoy me he despertado, borracho todavía, y no sé ni qué hora es. Serán las dos o así de la tarde.
Las putas persianas no dejan pasar ni un halo de luz. Pues nada!! El reloj marca las siete (me imagino de la tarde), me lavaré un poco la cara y me iré a pedir a mi esquina favorita, a ver si hay suerte. La putada es que llueve. Otro día sin dinero en el bolsillo. Robaré en el Día, que allí me ponen mala cara pero no me persiguen...
Salgo a la calle. Las gotas de agua resbalando por mi rostro me hacen sentirme vivo... voy a tomarme un botellín para reducir el resacón. Ya en el bar me froto la cara para quitarme el agua y me miro las manos... joder!! Hoy no me he cortado las uñas!!!...

viernes, 13 de junio de 2008

La portada

Aquí tenéis la portada de esta historieta ponzoñosa. Las imágenes que habéis visto alegran con creces los escritos que les seguirán. Aguántate las arcadas, esto no ha empezado.
Disfruta (si puedes).

miércoles, 11 de junio de 2008

Prólogo

A la persona que escribe estas lindezas lo conocí hace ya algunos años, era un bebé. Le vi crecer y darse golpes involutarios e indiscriminados en la cabeza. Esto le ha generado una tara difícilmente superada con su medicación actual, siendo combinada con el abuso de cervezas de bajo coste y atentados a su persona, como fabricarse un piercing para el pezón con una bola de petanca o lacerarse el escroto con un destornillador oxidado...

Tuvo cierta mejoría en su etapa estudiantil, aunque las recaídas eran fatales. Cambios de centro escolar por su exacerbada violencia para con sus profesores, delincuencia enfocada a los otros alumnos o la quema del autobús escolar que le llevaba a su casa, esto último no se pudo probar, pero fue él, lo sé de buena tinta.

Sacó con muchos apuros y después de cuatro años las que le quedaron en sexto de E.G.B., y decidío no estudiar más, desoyendo los consejos de su familia. Se puso a trabajar en un bar, haciendo más horas que la puerta del establecimiento.

Lo llamó a filas el ejército, pero se salía de ellas. Continuos devaneos con el alcohol barato y las señoritas de compañía, hicieron más irritable, si cabe, el carácter de este sujeto. Largos arrestos, borracheras con el Sargento de guardia. No perdía el tiempo.

Al salir de la mili conoció a una muchacha muy guarra que trabajaba de bibliotecaria. Guarra en todos los aspectos. Se introdujo en la lectura, y más tarde en la escritura de sus propios cuentos, fábulas y vivencias. Se presento a varios certámenes de cuentos en Madrid, logrando en uno de ellos un meritorio tercer puesto compartido con otro joven con Síndrome de Dawn.

Siguió trabajando en lo que encontraba, reponedor de fruta en un mercado, limpiador de desfibriladores, de cajera en el Simago disfrazado de tía,...

La chica le dejó y nuestro autor entró en una profunda depresión de la que a día de hoy no levanta cabeza. Y aunque se casó con una mujer doce años mayor que él, este sacramento sólo lo abrazó por el dinero que poseía su mujer.

Hace dos años que su mujer ha fallecido, en un accidente de tren en Asia Central, y el ha estado malgastando el montante que ella tenía más la indemnización pertinente. Sus juergas nocturnas eran la comidilla del barrio.

Actualmente vive en un piso alquilado de unos 50 metros cuadrados, cobrando un subsidio por enfermedad y empeorando por días. Escribelos capítulos de su vida en folletos publicitarios, servilletas raídas o en lo que encuentra por ahí. Estos escritos o capítulos vitales son los que se reflejan por encima de este prólogo. Espero que os profieran la misma náusea que a mí.
Id con el Señor.

Firmado:
Indalecio Alfombras, padre del autor.